Luis es un varón de 35 años que desde hace aproximadamente 10 años sufre dolor en la eyaculación. Acudió varias veces a su médico de cabecera quien, tras varias pruebas, no encontró ninguna afección médica. Sin embargo, nunca se había planteado ir a un profesional de la sexología.
Este ejemplo, puede ser muy común en consulta sexológica y urológica. La sexualidad es una dimensión importante del ser humano, la cual puede verse afectada por distintos problemas. Por ello, es necesario normalizar el acudir a sexólogos para solucionar aquellos problemas que impidan el bienestar sexual.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) definió la salud sexual como un derecho básico de todo ser humano. Un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad. Pero, ¿qué ocurre cuando existe alguna disfunción sexual?
¿Qué es la disfunción sexual?
La disfunción sexual hace referencia a aquellas patologías que no permiten las relaciones sexuales placenteras. El dolor en la eyaculación, la pérdida de la excitación sexual y la incapacidad de llegar al orgasmo son algunas de las disfunciones generales del varón, por las cuales las relaciones sexuales se viven de manera insatisfactoria.
Dentro del DSM – V, manual que sirve de referencia para los profesionales sanitarios en el diagnóstico de los trastornos mentales, podemos encontrar cuatro categorías principales de disfunción:
- – Trastornos del deseo sexual, que incluyen deseo sexual hipoactivo (falta de interés por realizar ningún tipo de actividad sexual) y el trastorno por aversión al sexo (rechazo al contacto sexual que provoca miedo, ansiedad o repulsión).
- – Trastornos de la excitación sexual, que engloba el trastorno de la erección (incapacidad para mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual).
- – Trastornos del orgasmo, que incluye la eyaculación precoz (eyaculación prematura, antes o poco después de la penetración en la vagina).
- – Trastornos sexuales por dolor, que comprende la dispareunia (sensación dolorosa y reiterada durante las relaciones sexuales).
Dentro de esta última, podemos incluir el dolor en la eyaculación. Los síntomas de la dispareunia abarcan un gran elenco de sensaciones molestas y dolorosas asociadas a la zona genital, que suelen producirse en el momento de la eyaculación.
¿En qué consiste el dolor en la eyaculación?
La eyaculación dolorosa en población masculina, tiene una prevalencia alarmante en todo el mundo, entre el 1 y el 25%, dependiendo de la muestra y el país donde se haga el estudio. Es un síntoma que muchos hombres se resisten voluntariamente a informar, pero que tiene un efecto perjudicial sobre la calidad de vida de los que lo padecen, ya que reduce la autoestima individual.
La eyaculación es la emisión del semen a través del pene durante el orgasmo. Suele ir asociado al orgasmo y constituir el culmen en la respuesta sexual masculina. Está compuesto por dos fases sincronizadas que forman la respuesta eyaculatoria e involucran órganos y estructuras anatómicas específicas: la emisión y la expulsión. En la emisión, se contraen los conductos deferentes para impulsar los espermatozoides hacia la uretra; y en la expulsión, se producen contracciones de los músculos perineales, produciéndose una salida discontinua y rítmica del eyaculado.
La eyaculación que causa molestias o dolor puede generar miedo, frustración y llegar a limitar las relaciones sexuales por la sensación de malestar que produce. Este dolor puede presentarse de varias formas: el dolor solo se presenta en el momento de la eyaculación y desaparece tras la misma, o puede prolongarse hasta 24 horas después de eyacular. Las molestias alrededor del pene, el recto o la vejiga también podrían presentarse.
Causas de la eyaculación dolorosa
Dada la complejidad del control de la función eyaculatoria, las causas pueden ser múltiples. A continuación, se describirán las principales, las cuales se pueden agrupar en médicas, psicológicas y farmacológicas.
Sin embargo, debido a la dificultad antes mencionada, es importante resaltar la necesidad de un abordaje integral del bienestar biopsicosocial del paciente para lograr un manejo adecuado de esta afección. Es decir, no centrarse solo en el dolor y la causa del mismo, sino realizar un análisis de toda la persona en su conjunto, ya que son diversos los factores que influyen en el desarrollo y bienestar de una persona, en el contexto de una enfermedad.
–Causas médicas: existen diversas causas médicas que pueden provocar este dolor en la eyaculación. La prostatitis, la inflamación de la próstata es una de las causas más frecuentes. Esta inflamación con infección hace que, al eyacular, las contracciones de la próstata y el resto del aparato urogenital causen dolor. Otra de las causas es la hiperplasia benigna de próstata. El aumento benigno del tamaño de la próstata puede producir sensaciones anómalas por la obstrucción generada en la salida de la orina de la vejiga y la comprensión sobre los conductos eyaculadores. La cirugía de la próstata o las cirugías pélvicas, así como las alteraciones del sistema nervioso, como por ejemplo la diabetes, también pueden dar lugar a molestias en la eyaculación.
-Causas psicológicas: aunque es más frecuente que la eyaculación dolorosa esté causada por las infecciones e inflamaciones mencionadas, existe la posibilidad de que se produzca por problemas emocionales o personales. Los problemas psicológicos relacionados con estas molestias son la neurosis y la ansiedad. La neurosis o neuroticismo es un rasgo psicológico que define parte de la personalidad. Esta inestabilidad emocional puede generar fobias, depresión, dependencias u obsesiones, entre otras; y una marcada ansiedad acompañada de una incapacidad para reducirla. En esta línea, la ansiedad es un estado de agitación de forma continuada, que lleva a la persona a sentirse mal. Este malestar puede canalizarse en diferentes partes del cuerpo, como puede ser el aparato reproductivo.
Los factores psicológicos son más infrecuentes que los orgánicos y se pueden derivar de conflictos intrapsíquicos habitualmente no conscientes relacionados con el abuso infantil, dificultades de relación con la pareja, baja autoestima y problemas de imagen corporal.
-Causas farmacológicas: otra de las causas de este dolor, aunque menos frecuentes, son los fármacos. Algunos medicamentos, especialmente los antidepresivos y antipsicóticos, se han relacionado con eyaculaciones dolorosas.
¿Qué podemos hacer?
Es importante resaltar que la comprensión sobre el dolor en la eyaculación es muy limitada y solo unos pocos artículos han revelado información sobre este tema. Se requiere más investigación para establecer pautas adecuadas para el diagnóstico y el tratamiento de la eyaculación dolorosa.
Para el diagnóstico, se debe realizar una historia clínica detallada que defina la evolución clínica del dolor, examen físico completo que descarte anomalías anatómicas, consumo de fármacos y relaciones interpersonales. Una vez manejado el diagnóstico correcto, se buscarán medidas que busquen el bienestar de la persona.
Con respecto al tratamiento, se basa en tratar la causa subyacente. En los procesos inflamatorios e infecciosos suele bastar con antibióticos; aunque en algunos casos es necesaria la cirugía. Sin embargo, en aquellos casos cuya causa sea psicológica, se recomienda un enfoque que utilice tanto la metodología psicodinámica como conductual. Es decir, que se estudie el inconsciente de la mente humana, ya que este es el responsable de la mayoría de cosas que hacemos; sin olvidar que todos los comportamientos se adquieren a través del condicionamiento.
Como se ha mencionado al principio del artículo, es necesario normalizar el acudir a un profesional de la sexología ante cualquier dolor o malestar relacionado con el acto sexual. Así como acudir al urólogo o realizarse pruebas que descarten cualquier afección médica. La sexualidad es una dimensión muy importante en la salud y es uno de los pilares básicos en la construcción de la pareja, por lo que es de vital importancia abordar cualquier disfunción que aparezca.
Teresa Muñoz Fernández de Castro
Psicóloga
Grupo de Trabajo e Investigación en Sexualidad
Consulta Dr. Carlos Chiclana
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